Futuro
Hay alrededor de 17.000 hermanamientos en Europa. Esto significa que hay un número muy superior de ciudades hermanadas (suelen estar hermanadas con varias ciudades, lo que hace difícil evaluar el número preciso de ciudades hermanadas).
Hoy en día, incluso si cada vez hay más ciudadanos europeos que viajan al extranjero de vacaciones o por motivos de trabajo, a pesar de la televisión satélite y de internet, los hermanamientos conservan un papel y una función única, ya que permiten a los europeos encontrarse, compartir sus experiencias cotidianas y beneficiarse de las de otros europeos.
Los hermanamientos contemporáneos pueden concentrarse en proyectos muy específicos, como la gestión del agua, el desarrollo económico o la mejora de los servicios sociales. Asimismo, ha aumentado el número de hermanamientos entre más de dos municipios. De una manera u otra, el desarrollo de hermanamientos europeos permite a los ciudadanos y a los ayuntamientos compartir experiencias y conocimientos.
Los hermanamientos contribuyen a crear un sentimiento de identidad europea común –identidad que no podrá ser impuesta nunca desde arriba-. Por otra parte, el hecho mismo de que ciudadanos de distintos países se encuentren para debatir asuntos difíciles de manera amistosa, constituye en sí la expresión de una ciudadanía europea muy activa.
Igualmente, los hermanamientos sirven para promover la paz y la comprensión entre los pueblos. Por ejemplo, tras las terribles guerras de los años 90 en los Balcanes, los hermanamientos han permitido crear puentes entre los ciudadanos de la zona. A través de los intercambios de experiencias, los hermanamientos les sirven de instrumento para el desarrollo y modernización de la zona.
En fin, en la era de la globalización, los hermanamientos juegan un papel nada desdeñable para unir a los pueblos del mundo entero. La Unión Europea tiene importantes vecinos en el Este y en el Sur, entre ellos Ucrania, Rusia, Turquía y otros países del Mediterráneo y del Medio Oriente.
Los hermanamientos ayudan a reforzar el diálogo y la comprensión entre los pueblos de Europa y estos países. Por otra parte, son una excelente herramienta para favorecer el desarrollo internacional y el logro de los Objetivos del Milenio para el Desarrollo.