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Definición

"El hermanamiento es el encuentro de dos municipios que deciden hacer pública su unión para actuar dentro de una perspectiva europea, para contrastar sus problemas y para desarrollar entre ellos unos lazos de amistad cada vez más estrechos".

Así definía los hermanamientos Jean Bareth, uno de los fundadores del Consejo de Municipios y Regiones de Europa (CMRE) después de la 2ª Guerra Mundial. De este modo identificó los primeros valores que entrañan los hermanamientos: la amistad, la cooperación y la comprensión entre los pueblos de Europa.

Los hermanamientos son la expresión de la unidad y de la identidad europeas. Representan, sin duda alguna, la forma más visible de la cooperación europea. ¿No encontramos a la entrada de miles de municipios carteles indicando "Hermanado con"?

Los hermanamientos son, igualmente, flexibles y polivalentes. Se pueden crear entre municipios, comarcas, provincias….. Pueden desarrollar una amplia gama de actividades e involucrar a gran número de personas de dos o más municipios.

Un buen hermanamiento puede aportar importantes beneficios a una localidad. Mediante el establecimiento de lazos estrechos entre los ciudadanos de diferentes regiones de Europa, los hermanamientos permiten compartir los problemas, intercambiar opiniones y descubrir diferentes puntos de vista sobre cuestiones de interés común.

Dan la ocasión a que, por ejemplo, jóvenes de diferentes países se reúnan y aprendan a conocerse. Pueden también contribuir a una mejor comprensión de Europa, su razón de ser en el mundo actual y del mañana.

Numerosos ejemplos de buenas prácticas han demostrado la utilidad de los hermanamientos; en particular, en el ámbito del arte y la cultura, la juventud, la ciudadanía, el desarrollo sostenible, los servicios públicos locales, el desarrollo económico y social, la inclusión social, la solidaridad...

Los hermanamientos representan un compromiso a largo plazo entre los municipios, más allá de una simple colaboración para la ejecución de un proyecto a corto plazo. Están por encima de los cambios en la vida política local y las dificultades pasajeras que puedan afectar a uno u otro de los municipios. Además, permiten el mutuo apoyo en momentos de dificultad, como puede ser una catástrofe natural. Siendo un compromiso a largo plazo, el hermanamiento deber ser redefinido regularmente, sobre todo para adecuarlo a las necesidades presentes y asegurarle vitalidad y dinamismo.

Los hermanamientos requieren un doble compromiso: el de las autoridades locales y el de los ciudadanos. En otras palabras, sin una activa participación de los ciudadanos, el hermanamiento no puede tener éxito. Este doble compromiso necesita, a veces, la creación de un comité de hermanamiento que actúe de interlocutor entre los ciudadanos y el ayuntamiento.