Historia

Los hermanamientos comenzaron poco después de 1945. Alcaldes y ciudadanos estaban decididos a que Europa nunca más volviera a ser destrozada por la guerra. La mayoría de los hermanamientos unían a ciudades de países que habían estado separados por la guerra. En el año 1951 la promoción de este nuevo movimiento era una de las prioridades del Consejo de Municipios y Regiones de Europa (CMRE). Esa década se vio marcada por una explosión del número y tipos de hermanamientos.

Los hermanamientos no se limitan a los países de la Unión Europea –Suiza y Noruega han sido siempre muy activos- pero es cierto que los hermanamientos han jugado un papel decisivo en cada ampliación de la Unión Europea desde su creación por los seis Estados fundadores.

En el sur de Europa, la vuelta a la democracia en Grecia, Portugal y en España en los años 70 y su adhesión a la Unión Europea en los 80, dio origen a numerosos hermanamientos entre ciudades de estos países. Por otra parte, ayudaron a la preparación y la adhesión a la Unión Europea.

Asimismo, la caída de los regímenes comunistas en Europa central en 1989, ocasionó una nueva oleada de hermanamientos hasta la ampliación más importante producida en el año 2004. Éstos han contribuido al acercamiento de pueblos divididos durante mucho tiempo.

Desde 1989, gracias a una iniciativa del Parlamento Europeo, la Unión Europea aporta una ayuda económica a los hermanamientos, en especial a los que muestran un valor europeo añadido.

El movimiento de los hermanamientos ha contribuido, durante más de medio siglo, al desarrollo pacífico de Europa. Además ha favorecido la integración de nuevos países en el seno de la Unión.